"Jag åt frukost med Bolivias pastorer. . . Jag tackar Er för Era böner för ett bättre Bolivia", twittrar den självutnämnda "presidentskan" JEANINE AÑEZ. |
Representerade Evo Morales ”Satan”?
Den religiösa fanatismens roll i den bolivianska statskuppen
Av Dick Emanuelsson
'Nu binder vi
fast Satan ... Och vi binder alla demonernas trolldomar och skickar dem in i
avgrunden i denna timme. Vi sätter en ny tid i Bolivias himmel. Satan, bort från
Bolivia! Nu!'.
FERNANDO CAMACHO, citerad kuppledare i El Pais
[1]
den 15 november 2019, fem dagar efter demokratin störtats i Bolivia.
DEN RELIGIÖSA FANATISMEN är en central del av den nya kuppjuntans politik i
Bolivia, skriver journalisten Facundo F.
Barrio i ”Perfil”. Å ena sidan den ultrakonservative och katolske
fundamentalisten Fernando Camacho,
från Santa Cruz Civilkommitté, en slags fascistisk frimuraloge.
Å andra sidan de växande
evangeliska frikyrkorna som till sin förkrossande majoritet fortbildas och
formeras av pastorer i USA. I Centralamerika har dessa frikyrkor blivit i
majoritet på bekostnad av den katolska kyrkan.
Att det bolivianska
katolska Biskopsrådet först krävde omval för att senare, när statskuppen var
ett faktum den 10 november, förklara att statskuppen INTE var en statskupp, bekräftar
denna kyrkas ställningstagande för den besuttna överklassen, inte bara i Bolivia
utan i alla de länder som på ett eller annat sätt hävdat sin rätt att bestämma
över sin egen framtid.
I Brasilien, Argentina,
Peru eller Venezuela har ”ALTARETS GLADIATORER” dykt upp och uppträder likt en milisgrupp med militära
formationer och grader. Deras rekryteringsbas är ungdomen bland de fattigaste. Dessa
grupper kan enkelt förvandlas till paramilitära trupper i tjänst hos sin `Pastor´
som i sin tur har politiska och ofta ekonomiska band till makten. Som i fallet
i Bolivia.
Igår konsumerade flera
pastorer en frukost med den bolivianska statskuppens egen ”Lady”, Jenaine Añez som stolt twittrade ut
händelsen.
I Bolivia fick Chi Hyun Chung, en nationaliserad
sydkorean 9% av rösterna i presidentvalet den 20 oktober, vilket gav honom en
tredje plats efter Carlos Mesa och Evo Morales.
I COSTA RICA gick den evangeliske pastorn Fabricio Alvarado till den andra omgången i presidentvalet förra
året och fick nära 40 procent av rösterna.
Journalisten Facundo
Barrio hänvisar till Añez´ politiska vågspel mellan dessa evangeliska pastorer och
den reaktionära ledningen för den katolska kyrkan och citerar teologen och
filosofen ENRIQUE DUSSEL:
”Kuppmakarna går inte
längre hand i hand med en konservativ högerkatolicism, som under Pinochets epok,
utan med ett radikaliserat evangelium”.
I Bolivia samspelade
dessa krafter som samordnades av en i sig politiskt och religiöst splittrad
opposition som bara hade ett mål; att störta den demokratiska progressiva
regeringen Evo Morales som under 14 år hade genomfört breda sociala, ekonomiska
och demokratiska reformer i det Bolivia som 2005 var ett av kontinentens
fattigaste länder.
Historien rullades
tillbaka men står aldrig still, vilket ockupanterna av presidentpalatset med
Bibeln i hand kommer att få erfara i detta enligt författningen från kyrkan
fristående stat.
Video: Altarets Gladiatorer
En nombre de Dios:
el factor religioso detrás del golpe de Estado en
Bolivia
El gobierno ilegítimo se
apoya en parte de la Iglesia y a la vez seduce a los evangelistas. Pero hay
sectores eclesiásticos en alerta por la influencia creciente del radicalismo
religioso.
Por Facundo F. Barrio (Fuente www.perfil.com).
Luego de autoproclamarse
presidenta de Bolivia en un Parlamento sin quórum, Jeanine Añez entró al
Palacio Quemado y levantó con sus dos manos un ejemplar enorme de la Biblia, en
cuya tapa podía leerse visiblemente: “Los cuatro evangelios”.
Lo que Añez exhibía
sonriente era el Nuevo Testamento: la parte de la Biblia sobre la que católicos
y evangelistas no tienen discrepancias. Un par de días después, un periodista
de la BBC le preguntó por qué había hecho eso si Bolivia es un estado laico,
según estableció la Constitución de 2009.
Otra vez, la presidenta
ilegítima se cuidó de que su mensaje abrazara a las dos vertientes del
cristianismo. Dijo que Evo Morales es un ateo que no quería saber nada con “las
iglesias”, en plural; y agregó que “(el laicismo) fue una impostura del
Movimiento al Socialismo (MAS), pero el 80% de los bolivianos somos… eh…
personas de fe”.
El fanatismo religioso
distingue a buena parte de la coalición golpista boliviana. Antes que Añez,
Luis Fernando Camacho, empresario santacruceño devenido referente de las
protestas contra Morales, había ingresado a la casa de gobierno con una Biblia
en la mano, el mismo día de la renuncia del ex presidente. Camacho actúa como
un cruzado de Dios −o al menos eso expresa.
Todo su discurso verbal
y gestual está impregnado de alusiones al cristianismo. Y el de Añez también,
incluso en una versión más radical. Es una enemiga declarada de las costumbres
espirituales de los pueblos indígenas.
“Sueño con un país libre
de ritos satánicos indígenas”, escribía hace unos años en sus redes sociales.
Hermana del pastor evangelista Juan Carlos Añez, también es una militante
ferviente del movimiento contra el aborto legal.
Una parte de la Iglesia
Católica boliviana está alineada con la coalición golpista. Primero la
Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) respaldó el informe de la Organización de
Estados Americanos (OEA) que denunció irregularidades en las últimas
elecciones. Luego de la renuncia de Morales, la CEB firmó una declaración que
afirmaba que “lo que sucede en Bolivia no es un golpe de Estado”. Los otros
firmantes eran “comités cívicos” de distintas regiones del país que cumplieron
un papel clave en las movilizaciones contra el gobierno del MAS (Camacho
preside el comité santacruceño). Finalmente, la CEB mandó representantes a la
proclamación de Añez.
La arquidiócesis de
Santa Cruz de la Sierra, bastión histórico de la oposición a Morales, fue
especialmente activa en las protestas contra el ex gobierno. El escenario
preferido de Camacho para sus discursos y arengas ha sido la escultura del
Cristo Redentor de la ciudad de Santa Cruz, ubicada frente al “altar papal” que
se construyó para la visita del Papa en 2015. “Hoy es la resurrección de la
nueva Bolivia”, celebró desde ese mismo escenario el obispo auxiliar
santacruceño, Estanislao Dowlaszewicz, el día en que Añez se autoproclamó
presidenta en La Paz.
Sin embargo, no toda la
jerarquía eclesiástica boliviana está con el golpe. El cardenal quechua Toribio
Porco Tirona, ungido en ese puesto el año pasado por Francisco, primer
representante indígena y obrero en el Vaticano, es un hombre cercano a Morales,
quien suele llamarlo “hermano cardenal”. Unos días antes del golpe, Porco
Tirona se reunió con Morales y responsabilizó por la violencia desatada en el
país al ex candidato presidencial opositor Carlos Mesa. Después de sus declaraciones,
algunos diputados opositores llegaron a pedir “que el cardenal se vaya con
Evo”.
Desde el exilio, Morales
pide que Jorge Bergoglio intervenga personalmente para ayudar a salir de la
crisis. Desde la renuncia del ex presidente boliviano, el Papa ha guardado
silencio. Aunque, de hecho, la Iglesia juega un papel importante como
facilitadora de los contactos entre el MAS y sus detractores, que se iniciaron
el mismo día que renunció Morales.
Así como existen
jerarcas eclesiásticos radicalizados contra el MAS, en el seno de la Iglesia
boliviana también hay sectores más precavidos que ven con preocupación el
avance de una nueva casta política que, en tono mesiánico, disputa y hace su
propio uso del “mensaje de Dios”.
“Como Iglesia Católica y
como arzobispo, yo condeno que se manipule la fe en estos momentos”, se quejó
el arzobispo de Sucre, Jesús Juárez, luego de la irrupción de Camacho en el
Palacio Quemado con una Biblia en la mano. Y nadie podría acusar de masista a
Juárez, quien hace pocos meses había cuestionado la legalidad de la reelección
de Morales.
Es que la Iglesia
Católica como institución tiene un buen motivo para inquietarse: el creciente
despliegue político de las iglesias evangelistas en América Latina (y también
en los Estados Unidos, donde lograron vincularse estrechamente con el gobierno
de Donald Trump). A los obispos bolivianos les basta con mirar hacia Brasil,
donde Jair Bolsonaro tiene a la Iglesia Universal del Reino de Dios como su
principal aliada más allá de las Fuerzas Armadas, para hacerse algunas
preguntas alarmantes sobre su propio país, donde un pastor presbiteriano sin
experiencia electoral previa, el surcoreano nacionalizado Chi Hyun Chung, acaba
de salir tercero en las urnas con el 9% de los votos.
A esos sectores religiosos
con capacidad de movilización apunta Añez cuando muestra los cuatro evangelios.
Es que, como subrayó esta semana el teólogo y filósofo Enrique Dussel, “el
golpismo ya no viene de la mano de un catolicismo de derecha conservador, como
en la época de Pinochet, sino de un evangelismo radicalizado”.
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